lunes, 16 de julio de 2007

PASEOS POR MADRID

Desde la Glorieta de Carlos V a la Plaza de Colón
Este paseo se inicia en la Glorieta de Carlos V, más conocida como de Atocha, por encontrarse en la misma la estación ferroviaria de este nombre.
Por el Paseo del Prado se llega, primero, a la Plaza de Cánovas del Castillo (Neptuno), y luego a la Plaza de Cibeles.
A partir de aquí, la calle cambia de nombre, pasando a ser el Paseo de Recoletos, hasta la plaza de Colón. En este punto comienza el Paseo de la Castellana.
El itinerario que se propone comienza por la acera de la derecha, hasta la plaza de Colón y, una vez aquí, hay que cruzar para volver por la acera contraria.
En la glorieta de Carlos V se encuentra, en primer lugar, la Estación de Atocha.
La estación actual se construyó entre 1890 y1892, con proyecto de Alberto Palacio, en el solar donde en 1851 se había construido la primitiva, que sufrió un incendio en 1863. Consta de una gran nave central de arquitectura en hierro y cristal, que cubre vías y andenes, y dos pabellones laterales de ladrillo.
Cruzando el paseo de la Reina Isabel II, se encuentra el edificio del Ministerio de Agricultura. Fue proyectado por Ricardo Velásquez Bosco y los grupos escultóricos que lo coronan fueron realizados por Agustín Querol con posterioridad.
Cuesta de Moyano
La primera calle que sale a la derecha, la Cuesta de Moyano, es muy conocida por las librerías "de viejo" que ocupan las casetas de madera situadas en la acera de la izquierda.
En la parte superior de esta calle se encuentra el Observatorio Astronómico, construido y sufragado por el arquitecto Juan de Villanueva.
La estatua de Claudio Moyano, al inicio de la calle, es también obra de Agustin Querol.
Desde aquí se inicia el recorrido por el Paseo del Prado.
En el siglo XVII, el Paseo del Prado estaba dividido en tres zonas: el Prado de Nuestra Señora de Atocha (entre las actuales glorieta de Carlos V y la plaza de Cánovas del Castillo), el Prado de San Jerónimo (entre Cánovas del Castillo y Cibeles) y el Prado de Recoletos (entre Cibeles y Colón).
Durante el reinado de Carlos III se produjo aquí una gran transformación, sobre todo en la parte central, donde se construyó el Salón del Prado para cubrir el arroyo del Abroñigal que venía desde la actual Plaza de Castilla. En uno de los extremos se instaló la fuente de Neptuno, obra del escultor Juan Pascual de Mena, sobre proyecto de Ventura Rodríguez, en el centro la fuente de Apolo, también conocida como de las Cuatro Estaciones, realizada por los escultores M. Alvarez y A. Bergaz, entre 1777 y 1803. Finalmente, en el otro extremo se instaló la fuente de la Cibeles. Esta fuente, labrada inicialmente para ser instalada en la Granja de San Ildefonso, fue proyectada por Ventura Rodríguez, en 1777. Es obra de Francisco Gutierrez y Robert Michel, finalizada en 1792.
Entrada del Jardín Botánico
La verja que se encuentra a la derecha corresponde al Jardín Botánico, con su entrada principal, aunque el acceso se realiza en la actualidad por el otro extremo, frente a la entrada sur del Museo del Prado.
El Jardín Botánico fue creado en tiempos del rey Carlos III. Proyectado por Juan de Villanueva, se construyó entre 1774 y 1781.
Las fuentes instaladas entre este Jardín y el Museo del Prado se llaman las Cuatro Fuentes del Prado, y son todas iguales. Datan de finales del s. XVIII y su autor fue Ventura Rodríguez. El monumento que se encuentra entre la entrada del Botánico y la fachada sur del Museo del Prado, realizado por Sabino Medina, está dedicado a Bartolomé E. Murillo, siendo replica de otro existente en Sevilla.
Entrada Museo del Prado
El Museo del Prado, que en principio estaba destinado a ser Museo de Ciencias Naturales, es obra de Juan de Villanueva. Comenzó su construcción en 1775 y se finalizó en 1811. Ha sufrido varias reformas y restauraciones a lo largo de la historia, sobre todo en la fachada norte. La última ampliación, que alcanza el Claustro de la Iglesia de San Jerónimo el Real, data de los primeros años de este siglo.
Iglesia de los Jerónimos
Esta iglesia, junto con su Claustro, son los únicos restos del Monasterio de los Jerónimos que sirvió como cuarto real (lugar al que se retiraban los reyes en las solemnidades de la Iglesia o para su recogimiento) desde la época de Enrique IV de Castilla. El patronato real fue ejercido hasta 1878, año en que se segregó y convirtió en parroquia. Parcialmente destruido durante la Guerra de la Independencia, su reconstrucción fue promovida por el rey consorte Francisco de Asís, en el año 1848, terminando la misma en 1884. Los relieves de su portada fueron realizados por Ponciano Ponzano.
Tomando la calle de Ruiz de Alarcón, hacia la izquierda, y en su cruce con la de Felipe IV se encuentran, en primer lugar, el edificio que alberga la Real Academia de la Lengua(1894), obra de Miguel Aguado de la Sierra y, al fondo, el Casón del Buen Retiro.
Este último edificio (llamado también Salón de Baile), junto con el situado a su izquierda, que alberga el Museo del Ejército (antiguo Salón de Reinos), pertenecían al conjunto que formaba el Palacio del Buen Retiro.
Ya que nos encontramos aquí, podemos hablar un poco del Retiro.
Para construir el palacio al que he hecho referencia, se utilizaron terrenos que pertenecían a la huerta de los Jerónimos y se extendía desde las cercanías de la Iglesia de los Jerónimos hacia arriba.
La fundación de este real sitio comenzó hacia 1631, con la construcción de una casa llamada Gallinero, varios jardines y el estanque grande.
La edificación del palacio se realizó durante el reinado de Felipe IV y bajo la dirección del Conde-Duque de Olivares.
Fue inagurado en octubre de 1632, con ocasión del nacimiento del principe D. Fernando, sobrino del monarca.
El complejo, que ocupaba una gran extensión de terreno, comprendía varios edificios: el Salón de los Reinos, el Casón del Buen Retiro, el Palacio Real y las Casas de Oficios.
A ambos lados de este recinto y por detrás, se extendían grandes bosques, mezclados con jardines.
El estanque grande tenía cuatro embarcaderos y en el centro había una isleta que se utilizaba a modo de escenario para distintas representaciones escénicas.
Además se construyó una Fábrica de Porcelana de la China (destruida durante la invasión francesa), la Huerta del Rey, un cebadero de aves, etc.
En la actualidad, en el lugar que ocupaba esta fábrica, llamado "el Huerto del Francés", se encuentra instalada una noria, similar a la que suministraba el agua necesaria para el funcionamiento de aquella.
Este palacio fue habitado intermitentemente hasta que, durante la invasión francesa de 1808, fue utilizado como ciudadela y posteriormente destruido.
Fernando VII gastó grandes sumas de dinero en su reconstrucción. No se volvieron a levantar los edificios destruidos, pero se construyeron otros nuevos: la Casa-palacio de San Juan, la Casa de Fieras, la Pajarera, la Faisanera, el salón Oriental, el Mirador, los Embarcaderos, la Casa del Pescador, la Montaña Artificial y otros. Muchos de estos monumentos fueron realizados por el arquitecto Isidro González Velásquez, en 1817.
Quizá la mejor obra realizada por este rey respecto al Retiro fue que, reservándose una parte para uso propio, abrió el resto al público.
En la actualidad, el parque del Retiro (menos extenso), está totalmente abierto al público.
El Salón Oriental es ahora una sala de fiestas llamada Florida Park, junto a la montaña artificial, y en el lugar que ocupaba la Casa de Fieras se encuentran los Jardines de Cecilio Rodríguez y los del Arquitecto Herrero Palacios.
Se conserva la Rosaleda y en el estanque únicamente queda un embarcadero, ya que el principal fue derribado a finales del siglo XIX, para construir en su lugar el monumento a Alfonso XII.
También se pueden visitar los palacios de Velásquez y de Cristal y la Casa de Vacas, utilizados habitualmente como salas de exposiciones.
Estanque Parque del Retiro
En la exposición de Bellas Artes de 1878 se presentó una estatua de bronce realizada por Ricardo Belber, llamada El Ängel Caído, que posteriormente fue colocada en una rotonda del Retiro. Es el único monumento conocido en honor al diablo.
Podemos salir del parque por la Puerta de la Independencia a la plaza del mismo nombre. Aquí se encuentra ubicada la puerta mas monumental de la ciudad de Madrid: la Puerta de Alcalá. Fue proyectada por Sabatini en 1769 y terminada 10 años después.
Puerta de Alcalá
Por la calle de Alfonso XII, y luego por la de Felipe IV se llega a la Plaza de Cánovas del Castillo, donde se hallan dos de los hoteles mas antiguos y elegantes de la ciudad de Madrid: el Hotel Ritz y el Palace Hotel. Detrás de este último, en la calle del Duque de Medinaceli, se encuentra la iglesia de Jesús de Medinaceli, del que son devotos madrileños y foráneos.
En el centro de la plaza esta instalada la fuente de Neptuno.
A continuación, a la derecha, el monumento a los Héroes del Dos de Mayo (Obelisco del 2 de Mayo), inagurado en 1840 para honrar a los caídos en la defensa de Madrid durante la invasión francesa de 1808. Es obra de I. González Vázquez.
Bordeando el monumento, en la plaza de la Bolsa, se encuentra el edificio de la Bolsa de Madrid, o Bolsa de Comercio, construida en 1893 por Enrique Maria Repullés.
Volviendo al Paseo del Prado, junto a un edifico moderno, está el antiguo Ministerio de Marina, actualmente Museo Naval.
En la plaza de Cibeles (siguiente parada) a la derecha, se levanta el Palacio de Comunicaciones, actualmente sede de, entre otras entidades, el Ayuntamiento de Madrid. Fue proyectado por A. Palacios y J. Otamendi.
Cruzando la calle de Alcalá está el Palacio de Linares, construido por el Marqués del mismo nombre en el siglo XIX. Según la leyenda, los fantasmas se pasean por sus habitaciones. En la actualidad es sede de la Casa de América.
A partir de aquí, la calle cambia de nombre, y recibe el de Paseo de Recoletos, debido a la ubicación en la misma de un convento de Agustinos Recoletos.
A continuación, en el cruce con la calle de Salustiano Olózaga, hay una verja que luce las iniciales de una conocida entidad bancaria. El palacio que acoge en su interior perteneció al Marqués de Salamanca, constructor del barrio que lleva su mismo nombre.
Este palacio se inaguró en 1858. Es de inspiración renacentista y el primero de los construidos en el Paseo de Recoletos por los banqueros de la época isabelina. Fue proyectado por Narciso Pascual y Colomer, autor también del proyecto del edificio del Congreso de los Diputados.
Fuente de la Cibeles
El siguiente edificio singular es la Biblioteca Nacional, que en su trasera alberga el Museo Arqueológico.
Esta biblioteca tiene su origen en la Real Librería, fundada en 1712 por Felipe V, tras reunir una colección de libros que había traído de Francia. Después de varios traslados, la Biblioteca fue ubicada en su sede actual, con proyecto de 1866, en el solar del derribado convento de Agustinos Recoletos que, como ya se ha dicho, dio nombre a este tramo de la calle.
El proyecto del edificio se debe al arquitecto Fernando Jareño; el grupo escultórico de su tímpano es del escultor Agustín Querol. Fue inagurado en 1892, con ocasión de la celebración del centenario del Descubrimiento de América.
El edificio de la Biblioteca termina en la Plaza de Colón. A la derecha se extienden los Jardines del Descubrimiento, realizados según proyecto de Herrero Palacios, con unas esculturas de Vaquero Turcios (1977). En su esquina mas cercana, se alza la estatua de Colón, obra de Jerónimo Suñol y Arturo Mélida. Hasta hace no muchos años, la estatua estaba situada en el centro de la plaza.
Aquí comienza el Paseo de la Castellana, que nació en los últimos años del reinado de Isabel II, como prolongación de los paseos del Prado y Recoletos.
Para continuar el paseo, hay que cruzar la calle e iniciar el camino de regreso.
Casi al principio se encuentra el Museo de Cera de Madrid y, un poco mas adelante el Café Gijón, sede de tertulias literarias desde finales del siglo XIX.
Desviando un poco el camino, y subiendo por al calle de Bárbara de Braganza, se visita la iglesia de Santa Bárbara. Al lado está el Tribunal Supremo.
Esta iglesia, junto con el convento de las Salesas Reales, fueron construidos por los arquitectos Carlier y Moradillo por encargo del rey Fernando VI y su esposa la reina doña Maria Bárbara. Es una de las mas ostentosas de Madrid, sobresaliendo el sepulcro de sus fundadores.
Volviendo al paseo de Recoletos y, al llegar a la Plaza de Cibeles, se bordean los jardines del Palacio de Buenavista. Obra de Juan P. Arnal, fue mandado construir por la Duquesa de Alba en 1777. Tuvo diversos propietarios, entre ellos Godoy por donación del Ayuntamiento. Al caer éste en desgracia, volvió a ser propiedad de aquel. Fue Parque de Artillería, Ministerio de Guerra y residencia del general Espartero en 1840. En la actualidad, es sede del Cuartel General del Ejército.
Palacio de Linares
Al cruzar la calle de Alcalá se encuentra el edificio del Banco de España. En origen era el palacio del Marqués de Alcañices, pasando a ser sede del Banco de España en 1884. El proyecto de remodelación fue de E. Adaro y S. Sainz de Lastra y terminó la obra en 1891. El edificio ha sido ampliado en tres ocasiones, utilizando los solares adyacentes.
Un poco mas adelante, en los jardines centrales, está la fuente de Apolo, de la que ya se ha hablado.
Ya en las cercanías de la plaza de Cánovas del Castillo se ubica el Palacio de Vistahermosa, sede en la actualidad del Museo Thyssen Bornemisza.
Este palacio de estilo neoclásico, fue proyectado por Silvestre Pérez y construido a finales del siglo XVIII.
Hay que dejar este camino para, tomando la Carrera de San Jerónimo, visitar la sede del Congreso de los Diputados.
En un principio las Cortes se reunían en el convento de Doña Maria de Aragón, sede actual del Senado. A partir de 1834 se decidió que las reuniones se celebraran en la iglesia del Convento del Espíritu Santo, situada en la Carrera de San Jerónimo. El interior de la iglesia se acondicionó para su uso como salón de sesiones.
Las Cortes constituyentes de 1837 decidieron construir un nuevo palacio del Congreso. La demolición del convento se inició en 1842, trasladándose las Cortes mientras tanto al Salón de Baile del Palacio Real.
La reina Isabel II puso la primera piedra del edificio en 1843, que se terminó en 1850, de acuerdo con el proyecto del arquitecto Pascual y Colomer.
Los frescos del Salón de Sesiones fueron realizados por el pintor Carlos Luis de Ribera.
Las figuras del bajorrelieve del frontón son obra de Ponciano Ponzano y José Pagniuci labró los capiteles corintios que coronan las seis columnas del pórtico central del Congreso de los Diputados.
Los leones situados en la escalinata se realizaron con el bronce procedente de la fundición de los cañones arrebatados al "enemigo" en 1860 durante la guerra de Africa, en la época del general Prim (reinado de Isabel II), según consta en al inscripción colocada a sus pies.
Subiendo por la calle del Prado, en el número 21 se encuentra el Ateneo Científico y Literario de Madrid, fundado en 1820. Tras diferentes vicisitudes, como quema de sus instalaciones y varios traslados, finalmente se instaló en la mencionada calle del Prado, en 1882. El proyecto del edificio se debe a los arquitectos Font y Landechos. La decoración del salón de actos corrió a cargo del arquitecto Melida y Alinari, en estilo neogriego. Cuenta con una valiosa y completa biblioteca.
Bajando nuevamente al Paseo del Prado, hay que continuar el camino hasta el cruce con la calle de Atocha. Aquí, en la esquina con la Glorieta de Carlos V, se construyó (durante la segunda mitad del s. XVIII) por mandato del rey Carlos III y bajo la dirección de J. de Hermosilla primero y de F. Sabatini después, el Hospital General.
Fue creado como hospital de beneficencia y atendía cada año a miles de enfermos, bajo la supervisión de una junta de Beneficencia. Al lado se construyó el Colegio de Cirugía de San Carlos, que posteriormente se transformó en la facultad de Medicina.
En la actualidad, este recinto lo ocupan el Centro de Arte Reina Sofía y el Conservatorio de Música ( la parte del hospital), y unas dependencias del Ministerio de Administraciones Públicas (la facultad de Medicina).
Bibliografía.
Madrid Romántico, de Ramón Guerra de la Vega (2001)
Madrid: Historia en fotografías, de R. Guerra de la Vega (2003)
Madrid, Ayer y Hoy, del fondo documental del archivo Ruiz Vernacci.
El Antiguo Madrid, de R. Mesonero Romanos (1990)
El Madrid de los Borbones, de Ediciones la Librería (1992)







El Madrid Neoclásico, de Ediciones la Librería (1992)